El pichón de Bresse-sangrante, como mandan los cánones- se configura como uno de los platos ineludibles, «sobre todo en ausencia de caza en esta época», con la que, asegura el cocinero, «dará bastante guerra próximamente». Arnanz acostumbra a hacer un paté con los hígados del pichón y con sus huesos elabora el mejor de los fondos. El resultado: un plato de una gran delicadeza. >>> VER LA NOTICIA COMPLETA >>>