Una de las dificultades que presenta la fotografía de fauna es que, en la mayoría de las ocasiones, las fotos se realizan sobre animales silvestres cuyo comportamiento suele ser imprevisible y no suelen facilitar la obtención de las imágenes. Estos motivos hacen que, a pesar de intentar ceñirnos a ciertas reglas de composición, el resultado que se obtiene muchas veces no es el esperado.
En algunas ocasiones se pueden utilizar ciertas técnicas, a posteriori de la toma de la fotografía, para conseguir una composición más equilibrada o para mejorar el resultado final de la misma. Dentro de estas técnicas se encontrarían el reencuadre y el consecuente recorte.
Se podría denominar reencuadre a seleccionar una parte de la fotografía y convertirla en un todo, modificando por tanto el encuadre original de una imagen. Asociado a cualquier reencuadre siempre se produce un recorte de la imagen original.
Actualmente con la imposición de la tecnología digital en el mundo fotográfico y la alta capacidad de los sensores digitales es posible realizar recortes de imágenes sin que se aprecie en el resultado final.
Para que quede más claro os presento el siguiente ejemplo en el que la imagen inicial no resulta muy vistosa.
Se ve al sujeto principal muy centrado, la rama de la derecha aunque se encuentra desenfocada molesta bastante, se ve mucho suelo en la parte inferior y el cielo que aparece en la parte superior no es vistoso ni aporta mucho a la composición.
Si se reencuadra la imagen teniendo presente algunas de las reglas de composición se puede mejorar sustancialmente el resultado.
Siendo el resultado final más interesante, armonioso y con mejor composición.
Otro caso en el que el reencuadre puede ser interesante es en pasar de encuadre horizontal a vertical
El sujeto en la imagen de la izquierda se encuentra en el centro, al pasar a encuadre vertical y situado en una de las líneas que define la regla de los tercios se obtiene una imagen más equilibrada.
La consecuencia directa de un reencuadre es que siempre se produce un recorte. Algunos fotógrafos no comparten la utilización del recorte para mejorar las imágenes, otros solo admiten unos porcentajes de recorte y otros abusan de éstas produciendo una imagen final que nada tiene que ver con la inicial.
Lo ideal es hacer la foto con el encuadre adecuado desde el principio para no tener que reencuadrar la imagen.