Lejos quedan ya esos momentos en los que los animales salían a las zonas despejadas en busca de alimento o a marcar el territorio a horas bien avanzadas del día.

 

Ni que decir de la curiosidad de aquellos que se ven sorprendidos por un pequeño sonido que los hace poner alerta, pero que les pica más la curiosidad al no sentir realmente peligro.

 

Ya sean jóvenes o no tan jóvenes.

 

En breve volverán a salir del refugio en el que han estado escondidos durante un mes y se dejarán ver movidos por sus cambios hormonales.