Este verano ha sido uno de los más secos de los últimos años lo que, unido a que las lluvias en el invierno fueron escasas, hizo que en muchas zonas los campos de cultivo fuesen bastante pobres.
Al contrario que ha sucedido con la codorniz, las poblaciones de perdiz parecen ser aceptables, con las polladas muy adelantadas en comparación con otros años.
También parece que le ha ido bien al corzo para sacar adelante sus corcinos. Controlando siempre de cerca a sus crías y todo lo que sucede a su alrededor, a pesar de la presencia de algún galán en algunos casos y de algún extraño en otros.
Durante el celo pude ver algunas carreras y mucho corzo “atontado”, más pendiente de las corzas que de ser fotografiado.


Atardeceres cálidos llenos de color que esperemos que den paso a las ansiadas lluvias para que despierte el sonido del monte.