En esta ocasión colabora en «Tu mejor foto» Daniel Burón Fernández, apasionado de la fotografía de naturaleza, ha conseguido varios  premios en concursos fotográficos, entre los que destacan un Highly Commended en la categoría de mamíferos del GDT European Wildlife Photographer of the Year en 2010 y dos premios temáticos en el XXIII y XXV Concurso Fotográfico Día Mundial del Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Además realiza publicaciones habituales en revistas, webs, exposiciones y libros. También imparte cursos básicos y especializados de fotografía de naturaleza.

Su profesión, el corzo y la fotografía se fusionan hace unos años como así nos explica:

El corzo es una especie que siempre me ha encantado, por su historia evolutiva y características particulares; parece que nada contra la corriente por la que van la mayoría de cérvidos. Ya al final de mis estudios intenté profundizar más en él, concretamente en las poblaciones gaditanas, pero el proyecto no se pudo llevar a cabo. Fue más adelante, cuando tuve la suerte de conocer al Dr. Paulino Fandos, uno de los mayores expertos nacionales en la especie, cuando empecé a adentrarme en el mundo corcero.

Mi pasión por la fotografía me ha llevado inevitablemente a dedicarle muchas horas intentando retratarlo y plasmar sus hábitos en píxeles. Muchas de estas imágenes han salido a la luz en la publicación del libro CORZOS, que escribí precisamente con Paulino, y que es a día de hoy la obra más completa y actualizada sobre la especie en castellano. En su elaboración dimos mucha importancia a las imágenes, no solo para facilitar al lector su lectura, sino porque por sí mismas explican muchas cosas. Para ello dedicamos muchos recursos, tiempo y sesiones interminables con el equipo fotográfico en el campo, que disfrutamos a tope.

Dado el carácter relativamente confiado del corzo, al menos en los instantes posteriores al contacto, quizá explicados por su enorme curiosidad, y su marcada territorialidad, una de las formas más habituales y productivas de fotografiarlo es al rececho, a pie o desde el coche. Pero en las fotos tomadas así, los corzos muestran la tensión que les prepara para una posible huida, cuando no están mirando directamente a la cámara, que es lo más normal. Son, por tanto, poco naturales. No hay más que hacer una búsqueda de imágenes de corzo en Google para comprobarlo.

Las mejores imágenes se consiguen al acecho, ocultos entre la vegetación o redes de camuflaje, o mejor dentro de un escondite, siempre bien situados para que el fino olfato del corzo no detecte nuestros olores transportados por el aire. Así, los corzos se muestran naturales, porque no detectan peligro alguno, o al menos no lo identifican si llegan a sospechar algo, por ejemplo a ver un nuevo “bulto” en su zona de campeo.

De esta forma conseguimos algunas de las imágenes del libro, y concretamente la de la portada del libro Corzos, que es la que quiero mostrar y comentar: 

Está tomada desde hide a mediados de agosto, en una finca de Cádiz, y gracias a la ayuda del guarda, que es el que mejor conoce los hábitos de la fauna que cuida. Apareció en el claro una familia de corzos, macho, hembra y las dos crías del año pasado, cuyos juegos dan para muchas fotos. A todos los fotografiamos a placer, estaban confiados, hasta que en algún momento debió de cambiar la dirección del viento y nos olieron, y se fueron. Quizá lo que más llama la atención de la fotografía es el resalte del volumen y forma del cuerpo, con la panza llena, gracias a la iluminación lateral posterior y rasante, de los minutos previos a ocaso. El perfilado de las cuernas contra el fondo oscuro también ayuda a destacar la figura de este macho.

La fotografía está tomada con una cámara réflex de formato completo con un teleobjetivo fijo de 500 mm, apertura de diafragma f4 y tiempo de obturación de una milésima de segundo.

Muchas gracias Daniel por tu colaboración.