La primavera es la época de cría de las especies, el campo se engalana con sus mejores galas y cambia los tonos grises y amarillentos por una gran gama de tonalidades.
Todas las especies dedican su tiempo y energía en sacar adelante su prole, dejándose ver más que otros momentos.
En esta época del año los corzos y especialmente las corzas encuentran en los cultivos de cereal un hábitat idóneo para ocultarse, tanto a sí mismas como a sus retoños.
Esta corza no me quitaba ojo y aguantaba relativamente bien mi presencia, pero al final decidió poner tierra de por medio y en este caso no estaba sola.
En este caso, en una entrada silenciosa en un pinar, me decidí a tocar el reclamo de Klauss y a los pocos segundos una corza acudió rauda y veloz a la llamada, acercándose a unos 20 metros y tras unos 5 segundos observando y escuchando retrocedió por su camino parándose a unos 40 metros donde tenía escondido a su corcino.
El reclamo de Klauss es bastante efectivo en esta época, sobre todo si en las inmediaciones existe algún corcino, ésta última se acercó corriendo a pesar de estar metido dentro del coche, seguro que en unas praderas cercanas tenía escondidas sus crías.
Como bien sabéis todos, los corcinos NO están ni abandonados ni solos en el monte, así que lo mejor es NO tocarlos y desaparecer lo más rápido del sitio para dejar el menor rastro posible.
Los atardeceres en esta época tienen algo especial…
Ahora a esperar el celo…