La montería española es una de las modalidades cinegéticas más antiguas y practicadas dentro del territorio nacional. Pasado el ecuador de la temporada montera, empieza la recta final en la que los días de frío y nieve dominarán las jornadas.

Cada montería es distinta y tiene su propia personalidad aunque en casi todas ellas existen unas pautas que se suelen cumplir ordenadamente.

Desayuno y sorteo.

Llegado el día de la celebración de la jornada de caza se determina la zona de reunión de los monteros, donde se suele disfrutar de un buen desayuno, en la mayoría de las ocasiones con unas buenas migas acompañadas de huevos fritos.

éste es el momento de comentar el estado de la mancha, las perspectivas para la jornada, lances de temporadas anteriores… que ayudan a amenizar la espera.

El momento del sorteo es uno de los que más expectación depara, ahí es donde la suerte toma protagonismo y tras tomar los puestos, unos y otros comentan como les ha ido con la diosa fortuna.

Nunca hay puesto malo y para todos hay una anécdota, un lance o un dato que animan la esperanza de todo montero.

Es muy importante seguir las instrucciones y las normas que se dan antes de salir al puesto correspondiente.

El puesto.

Una vez realizado el sorteo se produce la salida de los monteros hacia los puestos, siempre de forma ordenada y lógica, siendo los primeros puestos en salir los que rodean la mancha para evitar la huida de los animales.

El postor es el encargado de acompañar a cada montero a su puesto correspondiente así como de recogerlo una vez terminada la jornada.

Ahora toca ver la visibilidad del puesto y situarnos en el puesto de la manera más cómoda posible y con el mayor campo de visión, siempre en el lugar elegido por la organización para el puesto.

Los puestos con grandes vistas suelen ser muy agradecidos, ya que permiten al montero ver cómo se va desarrollando la jornada.

Una vez ubicados en el puesto es momento de ver las posibilidades del mismo y anticiparse a los posibles movimientos y querencias de los animales.

Localizar a la zona de posible entrada de los animales ayudará a mejorar el resultado del lance en caso de producirse.

La suelta.

Uno de los pilares que forman la montería son los perros dirigidos por los perreros. Las realas tras la junta de reunión se dirigirán a el punto de suelta que la organización determina para cada una, desde donde seguirán un recorrido, establecido previamente por la organización.

El estado de nerviosismo, expectación y excitación de los perros suele ser máximo, descargándose en el momento de abrir la puerta del vehículo de transporte.

Los perros serán guiados por la mancha por los perreros que harán especial hincapié en las zonas más esperas y querenciosas de encame de los animales.

Aunque desde que el montero se sitúa en el puesto se pueden suceder los lances, es con la suelta de las realas cuando comienza verdaderamente la montería.

Continuará…

!!!Felices Fiestas!!!