Si por algo destaca la primavera en Cazorla es por la facilidad de ver a la fauna con sus nuevas crías.

Da gusto ver los juegos de los rayones, practicando embestidas y metiéndose jetazos.

El manto moteado que lucen tanto las crías de gamo como las de ciervo les ayuda en sus primeros días a mimetizarse con el entorno.

 

Sorprende ver la agilidad de las crías de las monteses corretear sobre los riscos desde temprana edad.

Pero en algunas ocasiones suceden accidentes fatales, como esta cría que se despeño desde unos 10 metros y que quedó tendida con sus cuartos traseros totalmente inutilizados. El desenlace fue el esperado, a pesar del intento, por parte de los veterinarios, por salvarle la vida.

 

La primavera llegó a su fin para dar paso al verano y el campo transformará tus tonos verdes en amarillentos, pero la vida en Cazorla seguirá su curso.