Una de las primeras decisiones a la hora de realizar una fotografía es la elección del formato del encuadre, es decir, la posición que va a tomar la cámara, y por tanto la imagen, a la hora de realizar la fotografía.

La elección de la disposición de horizontalidad o verticalidad es la que puede hacer que la toma mejore sustancialmente. Por norma general las imágenes horizontales son más vistosas y armoniosas, principalmente por la propia configuración de nuestra vista, pero en muchos casos el cambio de posición de la cámara puede hacer que la fotografía mejore.

En este caso el formato vertical mejora el conjunto debido a la disposición oblicua que presenta el alcornoque en la imagen.

 

En este segundo caso la composición horizontal mejora la toma, ya que presenta más espacio en la parte derecha de la imagen hacia la cual dirige la mirada el perro.

Una alternativa poco utilizada pero que puede dar lugar a fotografías interesantes son aquellas con un encuadre inclinado.

Aunque a priori pueda parecer muy subjetivo el elegir un formato u otro, o cuestión de gustos, existen una serie de elementos relacionados con la percepción humana que condicionan que una imagen transmita más sensaciones que otras. Estos elementos están expresados en las reglas de composición y condicionan de forma directa el formato más adecuado para una imagen.