Como el año pasado por estas fechas en muchos de los bosques, sierras y montañas de toda Europa, se puede escuchar uno de los sonidos más espectaculares de los animales que habitan estas áreas, la berrea del ciervo.

Aunque en muchas zonas todavía reinaban los tonos verdes, ya empezaban a vislumbrarse esos tonos cálidos que dominan el otoño.

 

  

En está época de vital importancia para el ciclo reproductivo del ciervo, se producen cambios en los comportamientos de los distintos grupos sociales. Los machos comienzan a berrar para mostrar su poder frente a las hembras, las hembras se agrupan entorno al macho que consideran más poderoso, los machos jóvenes intentan conquistar alguna hembra solitaria o se apartan de todo el jaleo existente,… época de cambios y mucho movimiento en la población de este cérvido.

Los machos jóvenes andan de un lado para otro, siendo los más inteligentes los que buscan un lugar tranquilo, apartados de todo lo que sucede, esperando que les llegue su momento en los años venideros.

A pesar de ser menos dominantes, siempre hay alguno que se queda con alguna hembra y consigue cubrirla, gracias más a su inteligencia o a un golpe de suerte que a su poderío físico; aunque quienes realmente padrearán a las hembras serán los machos que demuestren mayor fuerza y corpulencia.

Las hembras, ajenas en cierto modo a las batallas que se producen por ellas, forman grupos más o menos numerosos y se encuentran tranquilas entre la protección del grupo, aunque siempre en estado de alerta, observando todo lo que acontece a su alrededor.

 

Pero quienes realmente son los protagonistas de esta época son los machos adultos. Con sus continuos berridos marcan las distancias frente a sus oponentes, advirtiendo no sólo de su presencia sino además de su corpulencia y poderío.

Los machos se encargan de agrupar el rebaño de hembras, no dudando en ningún momento, cuan perro carea, en cortar la huida o avance de una hembra para llevarla nuevamente al grupo.

 

Serán los machos más fuertes y dominantes los que transmitirán su descendencia a las generaciones futuras.