Abril quizás sea el mes “corcero” por excelencia, donde aficionados a la caza, la fotografía y/o la contemplación de fauna salen con ganas y ánimos renovados en busca de este animal.
Aprovechando los días de vacaciones, en los que además el tiempo ha acompañado, pude salir al campo para disfrutar del despertar de la naturaleza.
En una de esas mañanas divisé desde un alto a un macho marcando territorio.
Tras las primeras fotografías, era momento de planificar un rececho para intentar tomar algún retrato.
La orografía del terreno, la vegetación y la tranquilidad del animal, enfrascado en sus quehaceres cotidianos, me lo pusieron relativamente fácil.
Tras ganar la distancia era cuestión de ser sigiloso y paciente ya que, a pesar de que el animal estaba algo intranquilo por sentir algo raro en sus dominios, el aire y mi discreción no conseguirían delatarme.
Finalmente la curiosidad hizo que el corzo en vez de irse de la zona se acercase para intentar ver que tipo de intruso ocupaba sus dominios, lo que me permitió conseguir la fotografía deseada.
Pero tras las últimas fotografías pude comprobar que el comportamiento curioso de éste quizás era provocado por su vecino, quien situado a poco más de cien metros oteaba hacia la zona donde nos encontrábamos con cierta curiosidad.
Era momento de otra nueva entrada en busca de un nuevo retrato.
A pesar de encontrarse tranquilo comiendo, llegándose a tumbar, andaba algo curioso y realizaba constantes miradas en dirección a mi posición, por lo que al mínimo ruido que sintió se levantó y comenzó a indagar el origen del mismo.
Aunque inicialmente avanzó lentamente y con precaución, de repente pegó una pequeña carrera que le hizo ponerse a escasos 15 metros de mi, sucediéndose todo tan repentinamente que no pude conseguir el deseado retrato.
Mi conclusión ante sendos recechos es que los dos corzos, que aparentemente no son unos jovencitos, sabiendo de la presencia de su vecino intentaban defender sus dominios frente al otro, confundiendo mi presencia, con una incursión en sus dominios del vecino.