Poco a poco se va terminando el otoño y con él comienza a desvanecerse el sonido de las escopetas de cazadores que buscan llevarse la mejor pieza de los bosques del Pirineo. Pero la práctica no termina aquí. Si por algo se caracterizan los montañeses es por su buen saque en la mesa y no cabe duda de que aprovechan la práctica cinegética para llevarla a los fogones. >>>VER LA NOTICIA COMPLETA >>>