Los días 5 y 6 de octubre se celebró en el Parque Natural de Aiguamolls de lEmpordà (Castelló dEmpúries, Gerona) la III REUNIóN SOBRE UNGULADOS SILVESTRES IBéRICOS (RUSI).
Allí estuvo Florencio A. Markina Lamonja, vocal de la Junta Directiva de la ACE, que nos resume a continuación sus impresiones sobre la reunión.
Fotografía: Ponç Feliu*
“Este pasado fin de semana se celebraba la III REUNIóN SOBRE UNGULADOS SILVESTRES IBéRICOS con el núcleo central situado en torno al tema “Ungulados, biodiversidad y actividades humanas: gestión de conflictos”.
La Reunión de Ungulados Silvestres Ibéricos (RUSI) surgió en 2010 con el objetivo de crear un foro de debate y de intercambio de información entre diferentes especialistas que desarrollan trabajos sobre ungulados ibéricos, desde cualquier perspectiva (ecología, veterinaria, gestión, etc.). En definitiva es una reunión entre la gente que por profesión o por afición nos dedicamos al estudio de estos mamíferos y de toda la problemática que los rodea, que como se vio en la reunión, es mucha y variada. Desde temas de sanidad animal y de intercambio de enfermedades entre silvestres y domésticos, a los problemas de gestión que surgen por su interferencia con los aprovechamientos humanos (agricultura, carreteras, etc.).
Quedó patente que, bien por el cambio de los aprovechamientos agropecuarios y forestales, bien porque gracias a nuestros sistemas de cultivos, literalmente, les damos de comer, los ungulados son, en la actualidad, poblaciones con un éxito demográfico sin parangón.
El caso es que mientras la mayoría de los países europeos intentan controlar sus poblaciones y mantenerlas dentro de su capacidad de carga social (capacidad territorial económica de los ecosistemas), en nuestro país todavía hay intentos de traslocar ungulados de unas zonas a otras sin los estudios previos de evaluación de sus consecuencias. El caso es que, además de adoptar medidas de prevención en carreteras (pasos de fauna-vallados, señalización horizontal, desbroces amplios de las márgenes de las vías, etc.) y de métodos de prevención de cultivos, hoy por hoy el único método de control eficaz de sus poblaciones son la caza y los patógenos naturales o traspasados del ganado doméstico.
Fotografía: Carme Rosell*
En cuanto a la caza, surgió un interesante debate ya que, mientras una parte importante de los asistentes reclamábamos una promoción de la actividad y un cambio social de la imagen de la caza hacia una actividad sostenible y necesaria para el control de los ungulados, otra parte (quizá los científicos más jóvenes) reclamaban una restitución de las poblaciones de predadores.
Por otro lado se argumentó que la caza, como actividad de ocio, llega a dónde llega, y en ningún caso puede exigirse a los cazadores que conviertan su práctica en una obligación necesaria para solucionar los problemas generados por los ungulados.
También se habló, ya a nivel más técnico de que los actuales métodos de muestreo de ungulados, vistos los resultados, tienden en general a la subestima de las poblaciones, por lo que habrá que trabajar en ganar precisión y efectividad, ya que la monitorización de estas especies es realmente la base de su gestión.
Fotografía: Carme Rosell*
En el aspecto legislativo se discutió sobre la conveniencia de adecuar las leyes que afectan al control de poblaciones a las necesidades de gestión de los ecosistemas, sobre todo en cuanto a épocas, métodos de captura, lugares de aplicación, con mención especial a las especies domésticas asilvestradas y zonas que gozan algún tipo de protección especial (áreas periurbanas, espacios protegidos, etc.).
En lo que al corzo específicamente se refiere, se habló del contraste que existe entre su importante éxito demográfico en el norte y centro peninsular, y su declive en muchas áreas de Andalucía, o su cambio forzado de ubicación (hacia áreas más conflictivas en materia de daños) ante el empuje sufrido por las poblaciones de ciervo, como está sucediendo en muchas áreas norteñas.
Fotografía: Marc Fernandez*
No obstante, de todas las especies de ungulados presentes a nivel peninsular, parece que jabalí y ciervo se sitúan en el ranking de las más conflictivas, tanto en lo que a daños se refiere como al aspecto sanitario, tema de preocupación cada vez más frecuente en los foros de investigación.
Como veis, la reunión dio para mucho, y de ella se extraerán unas conclusiones que se colgará en breve en la página web de la Jornada (y a las que seguro nos referiremos en la web de la ACE)”.
Más información: http://www.castello.cat/rusi3/
*Las fotografías están tomadas de la web anterior donde se pueden ver completas y con toda su calidad, ya que por un problema de edición aparecen recortadas en nuestra web y no figura el nombre del autor.