Las evidencias nos demuestran que el corzo es una de las especies de caza mayor que con más frecuencia resulta herida y exige un rastreo posterior para efectuar su cobro. Ello pude deberse a muy distintos factores: disparos precipitados, mal apoyo del arma, munición inadecuada, mal conocimiento de la anatomía del animal.
Se denomina rastro de sangre al rastreo de las piezas heridas realizado con el auxilio de perros especializados. Estos perros suelen ser de distintas razas ero los más ampliamente utilizados en el corzo son el teckel y el sabueso de Baviera. No obstante cualquier perro con una formación adecuada es capaz de desarrollar un trabajo correcto en el caso del corzo.
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