Aficionado a la caza, la ha practicado en casi todas sus modalidades, tanto de mayor como de menor, se decanta por todas aquellas en las que prime, la incertidumbre del resultado y el salvajismo de la pieza.
Si tuviera que elegir alguna se quedaría con la montería tradicional española de jabalí y, como no, con el rececho del corzo, animal que empezó a cazar hace unos diez años en la montaña de León y que desde entonces no ha dejado de perseguir por todos los rincones de nuestra patria.