En el recuerdo quedan ya las verdes y florecidas estampas primaverales.
Los animales, desconfiados en otros periodos, se dejan ver con mayor facilidad.
También los corzos se muestran más confiados y reducen la distancia de seguridad.
Es época de cría y como tal, los campos se llenan de las próximas generaciones de corzos. Como ya sabéis por el Proyecto Corcino, NO ESTÁN SOLOS, SUS MADRES ESTÁN CERCA durante los primeros meses.
Tras unos meses de cuidados exclusivos a sus crías, las hembras necesitarán su momento de intimidad. Entre julio y agosto es época de celo.