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https://xn--asociaciondelcorzoespaol-mlc.com/v_portal/informacion/informacionver.asp?cod=445&te=13&idage=1500
EL Plan completo se puede consultar en: http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/site/pcp/menuitem.9d966dbc2efbd8ac5f4619105510e1ca/?vgnextoid=4b3506c4733b8310VgnVCM1000001325e50aRCRD&vgnextchannel=bf55baca2da5c210VgnVCM1000001325e50aRCRD&vgnextfmt=PCP&lr=lang_es.
Por su interés transcribimos algunos aspectos relacionados con el corzo.
5.5.2. CORZO
5.5.2.1. Antecedentes, estado actual y objetivos
El corzo tiene en el A.C. Alcornocales y su entorno las poblaciones originales más meridionales de Europa. Se ha confirmado la presencia de la especie en muchas sierras andaluzas en el S. XIX, y hasta la mitad del S. XX se mantuvo en Cazorla. La mala fama como pieza de caza, puesta de manifiesto en multitud de escritos históricos, y otras circunstancias provocan una reducción drástica de sus poblaciones, hasta su desaparición en muchos lugares. Por tanto, estas poblaciones han es- tado aisladas durante más de un siglo, y aunque en términos evolutivos es muy poco tiempo, la enorme plasticidad de la especie y sus características genéticas han podido particularizarla.
En las últimas décadas ha experimentado una rápida expansión en Europa, incluida gran parte de España, aunque en Andalucía no se ha producido de momento.
La densidad poblacional global media estimada en toda el AC, según los inventarios de los PTC, es de 4,2 ej/km2. El rendimiento cinegético global según memorias de aprovechamiento es de 0,2 ej/km2, lo que implicaría una tasa de extracción aproximada de 4,8%, baja teniendo en cuenta que la especie, en condiciones normales, soporta tasas superiores al 10% manteniendo el tamaño poblacional. Con estas cifras la población debería crecer y expandirse a buen ritmo, cosa que no se aprecia, y el furtivismo u otras causas de mortalidad no explican tanta diferencia. Por tanto, es más probable que las capturas declaradas en las memorias estén infravaloradas, o bien que los in ventarios estén sobrevalorados, y la cifra real se acerque más a los 2,5 ej/km2 obtenidos en el muestreo de campo.
La distribución de la abundancia es irregular, especialmente en los cotos cerrados, en función de los modelos de gestión. Donde está presente, se han encontrado valores de densidad que fluctúan entre 0,2 ej/km2 hasta 15,1 ej/km2 –y probablemente existan mayores- en cotos que dan prioridad al corzo. En zonas abiertas, la densidad global mayor se da en el Sector Sur con 2,9 ej/km2, lo que implica densidades puntuales altas en zonas favorables como el entorno de la Sierra del Niño. En el Sector Centro la densidad global es mayor de 2 ej/km2 y en Cortes es escaso, con 0,5 ej/km2. En el Sector Noroeste es muy escaso.
Fotografía: Zalo Varas
Como se ha demostrado con la expansión y actual distribución de otras poblaciones de la especie, el corzo tiene una gran capacidad de adaptación a muchos hábitats, tanto forestales como agrícolas, mientras disponga de alimento, refugio y tranquilidad; se considera que prácticamente en to-dos los terrenos cinegéticos de caza mayor –y muchos de menor– del AC podría aprovecharse la especie, con mayor o menor rendimiento en función de su potencialidad, y sólo considerando la capacidad del hábitat.
El rendimiento efectivo medio del corzo en el AC Alcornocales es de 0,4 ej/km2 al año, 0,8 ej/km2 en cotos cerrados y 0,2 ej/km2 en cotos abiertos. Hay 9 cotos que superan un rendimiento de 1 corzo por 100 ha, tres de ellos superan los 2 corzos/100 ha y uno caza más de 3 corzos por 100 ha, según los datos de memorias.
La relación de sexos estimada es de 1,6 hembras por macho, que para el corzo se considera alta.
Fotografía: Zalo Varas
Ya se ha comentado que uno de los objetivos del Plan es el fomento del corzo como especie importante del AC, para lo cual es clave su puesta en valor no sólo sentimental o social, sino sobre todo económico. Para ello las medidas de gestión deben ir encaminadas a:
Fomentar la expansión natural de las poblaciones en los terrenos cinegéticos donde se encuentre presente y aledaños.
Propiciar que aquellos cotos con características adecuadas para el corzo se centren en el fomento de la especie en detrimento de otras más agresivas con el medio natural. En tal sentido deben favorecerse fórmulas de gestión cinegética que faciliten la rentabilidad económica de esta especialización.
Realizar una gestión enfocada al manejo del medio, de la carga y de las densidades de otros herbívoros, antes que de las propias poblaciones de corzo, evitando reintroducciones y traslocaciones salvo casos debidamente justificados.
Adecuar la densidad, estructura y sex-ratio, según el óptimo para la especie.
Promover especialmente su desarrollo y gestión de calidad en la R.A.C. Cortes de la Frontera, pues es una de las especies para las que se creó.
Garantizar el buen estado sanitario de las poblaciones.
5.5.2.2. Densidad y estructura de población
Al no ser una especie dominante, no suele ser necesario adecuarla a la capacidad de carga conjunta con el ganado y otras especies cinegéticas, ya que se autolimita. En los cotos abiertos normal- mente no se presenta el problema de exceso de densidad. En los cotos cerrados, debido a la marcada territorialidad de la especie, no se suele superar la cifra de 15 corzos/km2, con densidades normales para su aprovechamiento entre 5 y 10 corzos/km2. Si el medio y las medidas de gestión lo permiten, se pueden dar densidades mayores de 20 ej/km2 e incluso de 30 ej/km2, aunque requieren un control mayor, por ejemplo del estado sanitario o de daños en la regeneración.
En el caso del corzo, dada su territorialidad y etología, la relación de sexos debe estar más o menos equilibrada, tanto más, quizá, cuanto mayor sea la capacidad de acogida del medio. Una población equilibrada y optimizada para el aprovechamiento debe tender hacia 1:1, incluso aunque dicho aprovechamiento se base en batidas. En el caso de áreas más marginales, de reintroducción o de expansión, puede incluso interesar un ligero desequilibrio a favor de las hembras, que son las que renuevan la población.
Fotografía: Mauricio Gordillo
5.5.2.3. Extracción anual
Las poblaciones de corzo responden a una dinámica mucho más rápida en sus cambios, de modo que ante una sequía pertinaz la mortalidad se puede incrementar de forma acentuada y sin embargo, en periodos de bonanza climática y en cotos con una buena capacidad de acogida se incrementan sus poblaciones rápidamente.
Puede decirse así que el corzo se encuentra en una situación de equilibrio inestable, por lo que la posibilidad de caza deberá ser siempre moderada para no comprometer la viabilidad de la pobla- ción; con carácter general, la posibilidad no debe ser mayor del 20% de la población adulta total cuando la densidad sea de más de 9 ejemplares/km2. Cuando la densidad oscile entre 6-9 ejempla- res/km2 se considera adecuada una posibilidad del 15% y del 10% cuando la densidad sea inferior a 6 ejemplares/ km2.
Dicha extracción se deberá realizar ajustándola a la relación de sexos y la estructura poblacional adecuadas, con tendencia a cazar el mismo número de machos que de hembras.
El plan de caza de corzos y corzas se deberá establecer en el PTC en función de la densidad y relación de sexos, y se procurará que los ejemplares reúnan las siguientes características: ejemplares adultos con trofeo plenamente desarrollado, machos selectivos (viejos, enfermos, heridos o con trofeo malformado) y hembras adultas, enfermas o heridas. No se aconseja disparar en ningún caso sobre ejemplares jóvenes con buen futuro.
La caza del corzo está sujeta al protocolo de uso de precintos, que serán enviados a cada titular en número igual al número de ejemplares que tenga autorizados; el cazador deberá colocar el precinto inmediatamente tras la captura o en la junta de carnes en caso de batida.
5.5.2.4. Periodos de caza y modalidades
Las modalidades habituales para la caza del corzo son el rececho y aguardo con un cazador (en adelante se hablará de rececho refiriéndose a ambas modalidades). No se debe cazar en montería, gancho ni en mano. El periodo de caza será el que establezca la Orden General de Vedas.
El rececho de corzo se aconseja realizarlo cuando la densidad del coto sea superior a 3 corzos/100 ha, con una intensidad de caza que depende precisamente de dicha densidad y que es mayor cuanto mayor es la densidad poblacional. Conviene recordar la enorme plasticidad del corzo para incrementar su población en años de bonanza climática, pero como contrapartida, también su delicada situación ante veranos de temperaturas extremas y baja humedad relativa. Para su realización es necesario el cumplimiento de los cupos de ciervo establecidos en el PTC al menos en un 80%. No se puede realizar esta modalidad de caza en cebaderos o abrevaderos, aunque sean destinados al ganado doméstico.
Además del periodo de caza establecido, se contemplará la caza de hembras cuando la densidad en el coto sea superior a 9 corzos/100 ha, desde el 1 de diciembre al 31 de diciembre, ambos inclusive. Será requisito haber cumplido, al menos, el 80% de cupo de ciervas y además que el número de ciervas capturadas sea igual o superior al de ciervos durante la vigencia del último PTC.
El incremento de las poblaciones de corzo durante los últimos años ha supuesto la recuperación de una modalidad de caza que tradicionalmente se practicaba en la provincia con otros nombres (gan- chos de corzo) y que la legislación vigente denomina batida de corzo. Esta modalidad tiene cabida cuando se cumplan las siguientes condiciones:
Densidad media superior a 9 corzos cada 100 ha.
Ausencia de repoblaciones con corzo en las dos temporadas anteriores que representen
conjuntamente más del 20% de la población previamente existente.
Fotografía: Zalo Varas
Cumplimiento de al menos el 80% del cupo de hembras de ciervo durante la vigencia del último PTC y además el número de capturas de ciervas es igual o superior al de ciervos capturados en batidas durante ese periodo (excepcionalmente, podrá justificarse en el PTC la imposibilidad de alcanzar dicha captura de hembras en aquellos cotos que tradicionalmente presentan una escasa densidad de hembras frente a la de machos).
Disponer de guarda de caza en el coto.
Ejecución de mejoras que repercutan en una mejor capacidad de acogida del medio para el corzo (manantiales, siembras de pratenses, mejora de pastizales naturales, pequeñas rozas homogéneamente repartidas por el monte, etc.).
Una sola batida cada 500 hectáreas de acotado, ampliable excepcionalmente a una batida cada 250 ha en casos en los que las condiciones anteriores se cumplan sobradamente y las características del coto y de la población de corzo lo permitan.
Realización de medidas para la erradicación del cochino asilvestrado.
Se podrá autorizar la batida con un máximo de 30 puestos y un número máximo de perros de 1 por cada 2 hectáreas de mancha. Para evitar daños a corzas y corcinos, los perros serán pequeños, de rastro, nunca de presa, e irán en compañía del batidor, en ningún caso formando rehala o dispersos. En la solicitud de autorización podrá justificarse, por motivos de las características de la mancha a batir (difícil fisiografía, elevada cobertura de matorral, etc.), la utilización de un mayor número de perros, que en ningún caso podrá ser superior en más del 20% al valor máximo indicado.
Aquellos cotos que teniendo autorizadas varias batidas de corzo renuncien a las mismas, podrán solicitar seguir cazando el cupo restante de machos a rececho durante la prórroga del periodo hábil que contempla la OGV, siempre que el cupo restante así lo justifique.
Para cada batida se solicitará autorización con al menos 15 días de antelación, tal como indica la normativa para los ganchos y monterías.
El período hábil será el que anualmente determine la Orden General de Vedas.
5.5.2.5. Repoblaciones y captura en vivo
El corzo es una especie a potenciar en general en el área Cinegética. Para ello primarán las medidas relacionadas con la mejora del hábitat, que la mayor parte de las veces son suficientes para aumentar la población e incluso para que se establezca si hay poblaciones cercanas. Aun así, puede ser conveniente la repoblación de esta especie para establecerla en un coto donde está ausente o para reforzar poblaciones de escasa abundancia.
Los ejemplares a introducir deberán ser procedentes -genéticamente- del ámbito de Cádiz-Málaga para propiciar el mantenimiento de las características genéticas y morfológicas de esta particular población. Por tanto, no se podrá repoblar con ejemplares de poblaciones de esta zona que procedan a su vez de otras poblaciones diferentes. De igual forma, podrá repoblarse con ejemplares con garantía de procedencia de Cádiz-Málaga establecidas en otras áreas, como las existentes en Sierra Morena.
En el caso de constatar la necesidad de la repoblación por la escasez de ejemplares, con densidad inferior, en general, a 3 ejemplares/100 ha, se deberá confirmar también que se han realizado mejoras de hábitat para recuperar las poblaciones existentes inicialmente y favorecer a las que se pretenden introducir.
Según la normativa vigente, se debe garantizar la viabilidad de la repoblación en función de las características ecológicas donde se pretende repoblar, así como de la abundancia de otras especies cinegéticas. Para ello se tendrán en cuenta los factores que favorecen la presencia y abundancia del corzo: cantidad y distribución del agua, estructura de la vegetación, tranquilidad, competencia, disponibilidad de ecotonos… No se considera adecuada su reintroducción con densidades de ciervo mayores que 5 ejemplares/km2. El gamo y el muflón deben estar ausentes o en niveles insignificantes, al igual que el cochino asilvestrado.
En cotos que estén llevando a cabo repoblaciones con corzo que representen durante las últimas dos temporadas más del 20% de la población de partida, no podrán realizar batidas de corzo aún cuando superen el umbral mínimo de población exigido para esa modalidad y que se ha establecido en 9 o más corzos/100 ha.
Fotografía: Mauricio Gordillo
Se podrá realizar la captura en vivo de individuos como método de control de las poblaciones o como método de extracción, en los cotos que lo tengan autorizado según los PTC, y de acuerdo a la normativa establecida para transporte y comercialización en vivo de especies cinegéticas (art. 70. Decreto 182/2005). Se atenderá igualmente a la Ley 8/2003, de 24 de abril, de sanidad animal, y a la normativa que derive de ella.
En la resolución del PTC se podrá autorizar expresamente la captura en vivo de corzo de cualquier sexo y edad cuando tengan por fin la repoblación de otros terrenos, como método de control de las poblaciones o como método de extracción, y de acuerdo a la normativa establecida para transporte y comercialización en vivo de especies cinegéticas (art. 70. Decreto 182/2005). Se atenderá igualmente a la Ley 8/2003, de 24 de abril, de sanidad animal, y a la normativa que derive de ella. Salvo excepciones justificadas, se podrá autorizar en terrenos cinegéticos con densidad superior a 9 corzos/100 ha, y se recomienda para ello el periodo comprendido entre el 15 de julio y 31 de octubre.
Una vez realizada la captura se deberá notificar a la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, con carácter previo a su traslado de al menos 48 horas, el número y edad de los ejemplares capturados, así como su lugar de destino.
El número de ejemplares capturados debe estar contemplado en el cupo total del coto.
5.5.2.6. Control sanitario
En el momento de redactar el presente documento no hay información disponible sobre el estado sanitario de las poblaciones de corzo del A.C. Alcornocales.
Para conseguir un adecuado estado sanitario de las poblaciones de corzo, además de las medidas encaminadas a obtener una densidad adecuada del resto de ungulados, se tomarán las medidas propuestas en el capítulo de directrices generales.