Parece que el tema de las garrapatas y los corzos está de moda entre los científicos. Pero ¿son importantes las interacciones entre los corzos y las garrapatas? Muchos opinan que sí. Las garrapatas pueden producir una considerable pérdida de sangre en el animal parasitado, en este caso el corzo, y pueden ser vectores (transmisores) de bacterias, virus y protozoos. 

Kiffner y otros colegas alemanes se han dedicado a investigar en dónde viven y se alimentan las garrapatas; es decir, en que parte del cuerpo de los corzos se encuentran preferentemente.

Además, han querido confirmar la hipótesis que predice que la mayoría de los animales ocuparán los mejores habitats (en el caso de las garrapatas las mejores zonas del cuerpo del corzo para alimentarse) y sólo se extenderán por otros hábitats cuando la densidad sea muy alta (hipótesis de la distribución libre ideal).

Para ello, examinaron las pieles de 80 corzos cazados en la zona central de Alemania: ya véis que del corzo todo se aprovecha. Estudiaron la densidad relativa de garrapatas, su estadio y sexo, en cada parte del corzo:

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¿Qué resultados obtuvieron?

Encontraron que las garrapatas se agrupan en determinados lugares del corzo. Más de la mitad (54%), se encontraron en la cabeza, que representa sólo el 12% de la superficie corporal. 

Las larvas y ninfas prefieren la cabeza y las patas delanteras de los corzos y los adultos de ambos sexos habitan sobre todo el cuello y la cabeza (igual que ocurre cuando parasitan a las ovejas o al ciervo de cola blanca). 

Y no se cumplió hipótesis de la distribución libre ideal: cuanto mayor era la densidad de garrapatas, más se agrupaban en sus lugares favoritos.

 

Si queréis más información, el trabajo completo se puede consultar libremente:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2992130/?tool=pubmed

 

Exp Appl Acarol. 2011 Jan;53(1):79-94. Epub 2010 Jun 29.

Attachment site selection of ticks on roe deer, Capreolus capreolus.

Kiffner C, Lödige C, Alings M, Vor T, Rühe F.