La primavera ha llegado a Andalucía y el campo se engalana con sus mejores tonalidades.

 

Intentar fotografiar una especie silvestre en particular nunca es fácil ya que, aun en los casos donde se controlan muchos parámetros, la naturaleza de la especie hace que muchas veces no se consiga el objetivo fijado. Si además la especie buscada es escasa, rara, tiene unos comportamientos crepusculares,… la cosa puede complicarse mucho más.

Conocer el comportamiento de la especie es vital y buscar signos de presencia como huellas, marcas, heces,… y de especies presa puede ser el punto de partida.

Pero todas estas cuestiones siempre han de realizarse con el mayor cuidado posible, sin poner en riesgo la salud de animal que se busca y sin hacer cosas que puedan perjudicar a la especie.

Lo más importante es no obsesionarse por conseguir la fotografía, disfrutar del momento y de lo que nos brinda el campo. De esta forma, el proceso será tan gratificante como el cumplir el objetivo y, si al final no se consigue el objetivo, se tendrá la recompensa de haber disfrutado durante unas horas de una jornada fotográfica en la naturaleza.

Si además se cuenta con mucha suerte, en algunos casos se puede conseguir tener esa imagen que guardaremos con mucho cariño y que nos hará rememorar esos momentos que vivimos mientras intentábamos conseguirla.

Es importante recordar la necesidad de no afectar con nuestro comportamiento a las especies, especialmente a las más sensibles, por obtener una fotografía.