Desde siempre, al menos desde que Noé varó su arca en el monte Ararat, las palomas han tenido una imagen inmaculada, pese a su mal carácter y a sus costumbres nada ecológicas; y entre todos los tipos de paloma, si hay uno especialmente estimado y valorado es la tórtola. Es, ciertamente, una bella avecilla, que se ha tomado como símbolo de fidelidad por su monogamia incluso al enviudar, algo que, lamentablemente, el gran cazador que fue José María Castroviejo afirmó que no pasaba de ser una leyenda. >>> VER LA NOTICIA COMPLETA >>>