El invierno debería de ser sinónimo, cinegéticamente hablando para el corzo, de la caza de hembras. Esta época es la más adecuada para realizar el control poblacional de la especie por varias razones, siendo las de más peso, por un lado que las corzas preñadas en julio-agosto, han mantenido los fetos en la diapausa embrionaria durante meses y se encuentran en un pequeño grado de desarrollo, y por otro que las crías nacidas en primavera pueden sobrevivir perfectamente ante la ausencia de su progenitora.

En el centro peninsular, son los meses de Diciembre y Enero, los permitidos para la caza de corzas en Castilla La-Mancha en aquellos terrenos cinegéticos con poblaciones susceptibles de aprovechamiento y que lo soliciten en el correspondiente Plan Técnico de Caza. En Castilla León el periodo, contemplado según la Orden General de Vedas, está comprendido desde el 1 de Enero hasta el tercer domingo de Febrero.

En invierno, si el anticiclón nos acompaña, los amaneceres en el centro peninsular suelen ser frescos, pero a media mañana se puede disfrutar de un sol radiante que invita a dar un paseo por el campo.

 

 

Una de las peculiaridades que dificultan la caza de hembras en esta época es la ausencia de cuernas en los machos adultos de corzos durante el invierno, que hace que se necesite prestar gran atención a la hora de cazar las hembras.

  

Esto que se cumple por norma general, tiene sus excepciones en los machos nacidos la primavera anterior

  

y en algunos de los nacidos dos primaveras antes, como en el caso del siguiente macho fotografiado este 21 de Diciembre.

  

 

 

Por eso en esta época del año lo más fiable para identificar una hembra de corzo es fijarse en el escudo anal y apreciar el “pincel vulvar” que se aprecia incluso a largas distancias.

 

 

De hecho si prestamos atención a la cabeza obviando el signo distintivo existente en el escudo anal se pueden producir confusiones.

 

En esta foto se ve en primer plano un macho desmogado con una edad de más de 19 meses, en segundo término un macho nacido en la primavera de 2013 (unos 7 meses) y en el fondo una hembra. Se puede apreciar perfectamente el inconfundible pincel vulvar. 

Es momento de salir al campo y cazar corzas con el fin de buscar el equilibrio poblacional tan deteriorado en algunas zonas y cumplir las directrices de gestión establecidas en los Planes Técnicos de Caza.

 

De sobra queda decir que además son buenas fechas para poner en la mesa la excelente carne que tiene este pequeño cérvido.

Feliz año.