Días atrás se hacía público el trabajo realizado en la provincia de Lugo por ARENA SL para el estudio de las poblaciones de corzo y jabalí en esa provincia gallega.

Se trata de un trabajo prolijo, complejo en su planteamiento de campo y algo árido en su comprensión matemática, que sirve para fijar unas primeras premisas sobre la gestión de estas especies en la provincia.

Así, en función de los distintos métodos de estima, se calcula que puede haber entre 7.400 y 45.700 corzos dependiendo del modelo. El modelo más ajustado es el de conteo que arroja una cifra de 15.000 corzos.

De acuerdo con el mismo en estos momentos se estaría capturando anualmente aproximadamente un 25% de ellos.

En cuanto a la estructura de sexos parece bastante equilibrada (1 macho por cada 1,3 hembras) fruto sin duda de la política de caza de hembras que se ha venido aplicando de un modo más o menos intensivo durante las batidas de otoño.

 

 

Los Tecores con mayor densidad de corzos estarían localizados en la zona central de Lugo; comprendiendo la zona montañosa oriental en todo su rango altitudinal y las estribaciones de la Dorsal Gallega y la Sierra do Xistral.

Es interesante el análisis de la productividad de las poblaciones. Así la tasa de natalidad corregida fue del 71,7%, con importantes diferencias entre zonas por rangos altitudinales. Así en zonas de media montaña el número de crías por hembra fue de 1,1 frente a zonas de menor altitud donde la media fue de 1,4 (datos de observaciones en septiembre y octubre).

  

No menos interesante es el hecho de que el cupo de capturas de corzos no guarda relación con la abundancia, cazándose de forma regular en función de la superficie. Eso explica que en algunas zonas el corzo esté en recesión – ya que a la caza hay que sumar otras causas de mortalidad como enfermedades y depredación- en tanto que en otras esté en franca expansión, sin que parezca que la caza actúe como un elemento moderador o conservador del recurso.

El propio trabajo reconoce la dificultad de abordar una labor de esta envergadura y asume errores y la necesidad de mejorar algunas metodologías de estimación. En cualquier caso es un magnífico punto de partida con el que la Consellería de Medio Ambiente va a poder sentar unas bases adecuadas para la gestión.

Para descargar el trabajo PULSAR