El Torcal cuenta con varias rutas perfectamente marcadas y accesibles, por las cuales se puede ir disfrutando tanto de los paisajes como de la fauna silvestre.
Lo normal en las visitas suele ser que a primeras horas de la mañana las cabras se encuentren en movimiento, pasando de zonas donde se han alimentado a zonas de descanso.
A medida que transcurre la mañana sus desplazamientos se van minimizando y van localizando los lugares donde podrán acomodarse para pasar el día.
Una vez elegido el sitio es hora de descansar y aprovechar para acicalarse o rumiar tranquilamente. En estos emplazamientos pasarán gran parte del día, lo que se puede aprovechar, si la orografía lo permite, para realizar una aproximación y sacar algún primer plano a los ejemplares.
A pesar de no ser frecuentes los grandes machos existentes en otras zonas, Noviembre es buen momento para visitarlo ya que con un poco de suerte se pueden ver algunos de los rasgos más característicos del celo de esta especie.
Sin lugar a dudas es un sitio que merece la pena visitar para dar un paseo y disfrutar de la Naturaleza.