El corzo siberiano (Capreolus pygargus) fue en su día considerado una subespecie del corzo europeo (Capreolus capreolus), aunque actualmente se considera que es una especie diferente1.

 

 

 

Generalmente se reconocen que existen tres subespecies:  C. pygargus pygargus (que ocupa la mayor parte del área de distribución), C. p. tianschanicus (en la zona sur -China-) y  C. p. bedfordi (al este del área). 

 

 

El siberiano es diferente morfológicamente del corzo europeo2. Tiene mayor tamaño y peso (32 a 48 kg, frente a 22-32 kg). También son diferentes las coloraciones de la cabeza y de las glándulas metatarsianas. A los cazadores también nos llama poderosamente la atención el tamaño que alcanzan las cuernas de los machos asiáticos.

 

 

 

El corzo siberiano estaba ampliamente distribuido en el pasado, aunque en las últimas décadas sus poblaciones han tenido un continuo declive debido a la caza furtiva y a los incendios. 

La especie habita en diferentes tipos de bosques caducifolios y bosques mixtos con estepas, donde se tiende a localizarse en las áreas con una gran cobertura de pastos. En términos generales, es más común en la zona de bosques y estepas de la Rusia central, donde alcanza altas densidades de población, de hasta 12 individuos por cada 100 hectáreas. Los corzos siberianos son tímidos, y más activos de noche. En las montañas se encuentran por encima de los 3.300 metros de altitud.

 

Una característica muy curiosa de esta especie, para los que estamos acostumbrados al comportamiento marcadamente territorial de nuestro corzo, son sus movimientos estacionales. El siberiano es solitario en verano (las hembras permanecen con sus crías), pero en invierno forma grupos mixtos de hasta 20-30 individuos. Durante los movimientos estacionales, el tamaño del grupo aumenta hasta 500 ejemplares. En la provincia de Amur (Rusia), la especie migra cada año desde las áreas invernales hasta las de verano, con migraciones de hasta 200 km3

Estas rutas, así como los territorios de verano e invierno y los sitios donde los corzos cruzar los ríos, permanecen sin cambios año tras año. En la primavera, los corzos migran a lo largo de la misma ruta que en el otoño. En otoño, la tasa media de la migración es de 6,1 km por día (la tasa máxima es de 26 km por día), y en verano es de 3,8 km por día. La necesidad de emigrar es al parecer innata. Los corzos memorizar la ruta seguida la primera vez y son capaces de orientarse en grandes extensiones de terreno. Las primeras heladas proporcionar un estímulo para las migraciones de otoño. La mayoría de los corzos empiezan a migrar 30-45 días antes de la formación de la capa de nieve, cuando el forraje es todavía abundante. Este hecho contradice la visión tradicional sobre las migraciones de los Pygargus que entraban en el siguiente esquema: capa de nieve de gran espesor; falta de forraje; migración.

Durante el celo los machos son territoriales. El siberiano, como el europeo, es polígamo, pero no forma harenes. El apareamiento se produce desde mediados de julio hasta mediados de septiembre. Las crías nacen en mayo-junio, las hembras dan a luz a una o dos crías (raramente hasta cuatro). La gestación es de seis a diez meses, por lo general con una fase de latencia, la diapausa embrionaria, fenómeno que comparte con  el corzo europeo. La madurez se alcanza a los 13 meses, y los adultos viven 10-12 años.

 

 

Fotografía de la exposición de Olmos de Atapuerca ACE-Dr. Romero

 

Algunos de los cazadores que visitan esta web han tenido la suerte de recorrer los territorios del corzo siberiano e incluso de hacerse con algún ejemplar. Seguro que pronto nos cuentan sus experiencias.

1. http://www.iucnredlist.org/apps/redlist/details/42396/0/rangemap

2. Danilkin, A. A. 1995. Capreolus pygargus. Mammalian Species 512: 1-7.

3. Danilkin AA, Darman IuA, Minaev AN, Sempere A.I[The social organization, behavior and ecological parameters of a migrating population of Siberian roe deer (Capreolus pygargus Pall.)]. zv Akad Nauk Ser Biol. 1995 Jan-Feb;(1):48-61.