La caza constituye uno de los pilares de la conservación de la vida silvestre en los Estados Unidos de Norteamérica, no obstante, desde hace algún tiempo, existen la evidencias de que esta actividad de ocio pueda tener un impacto negativo en el tamaño de las estructuras corniformes de los ungulados cazables.

 

 

Los autores de esta extensa revisión[1] han realizado un análisis de la evolución del tamaño de los trofeos de caza desde el año 1900 hasta el 2008 de 25 categorías de animales portadores de cuernos y astas de Norteamérica[2].

 

 

 Evolución temporal en el número trofeos de cérvidos registrados en el Libro de los Records de la Caza Mayor de Norteamérica por décadas que superaron la puntuación mínima establecida por el Boone & Crockett Club en el S XX.

En el desarrollo del trabajo se ha observado un apreciable descenso en el tamaño de la mayoría de los trofeos a lo largo del tiempo a la vez que se ha aumentado de un modo notable el número de animals registrados. En concreto así se ha visto en 11 de las 17 variedades de cérvidos y en 3 de las 8 categorías de bóvidos.

 

Tendencia temporal en el tamaño de los trofeos de los cérvidos de Norteamérica durante le pasado siglo.

 

 

Los autores se han encontrado con la dificultad de que el sistema de registro de tamaños de los trofeos no recoge ninguna información sobre la edad de los mismos, lo que supone un inconveniente de cara a una mejor interpretación del fenómeno. Afortunadamente entidades de control de los records, en especial el prestigioso Club Boone & Crockett , han modificado esta circunstancia solicitando a los cazadores información sobre la edad de sus trofeos.

 

En el trabajo se han analizado distintas hipótesis para determinar las causas del descenso del tamaño de los trofeos para finalmente apuntar a que es el sistema de explotación de la caza, basada principalmente en el abatimiento casi único de los animales portadores de los mejores trofeos, lo que origina un sesgo de la población de los machos hacia las clases de edad más jóvenes.

 

Es por lo tanto el hecho de que el uso recreativo de la caza se concentre en abatir los animales de cuernas mayores la causa de la deriva que se detecta en los registros de trofeos.

 

Los autores plantean que es necesario modificar de alguna manera esta orientación, limitando el cupo de machos a extraer en todas las especies afectadas, aumentar el cupo efectivo de captura de hembras para equilibrar las poblaciones y permitir así que los animales lleguen a las edades en las que los trofeos alcanzan sus mayores desarrollos.

 

Creo además que alguna de las conclusiones son sumamente interesantes para los que disfrutamos y estudiamos a los corzos europeos:

 

         Las categorías de trofeo de temprana maduración –caso del corzo- son menos proclives a una reducción del tamaño de estas estructuras.

         Las especies en las que el trofeo es más complicado de evaluar en el campo son menos proclives a padecer una selección negativa por tamaño.

 

En todo caso parece confirmarse la importancia de limitar la presión sobre los machos y reorientar la afición a cazar hacia hembras y juveniles sin cuerna.

 

 


[1] Monteith , K.L. et al. Effects of Harvest, Culture, and Climate on Trends in Size of Horn-Like Structures in Trophy Ungulates. Wildlife Monographs 183:1–26; 2013; DOI: 10.1002/wmon.1007