Diario de Burgos, 30 marzo 2012.
Las administraciones regionales de Aragón y Castilla y León han autorizado la caza de hembras de corzo para esta primavera. La medida ha causado rechazo en buena parte del sector cinegético y entre asociaciones conservacionistas. La Asociación del Corzo Espanol (ACE), que reúne cazadores e investigadores especializados en la especie, fue la primera en dar la voz de alarma y pedir una rectificación que, cuando escribo estas líneas, aún no se ha producido.
Los argumentos son contundentes: en primavera, las corzas están a punto de parir, recién paridas o con crías de pocas semanas de vida. El sacrificio de la madre lleva consigo la orfandad e inanición de las crías, generalmente gemelas, que son condenadas a una muerte segura, agónica y cruel. Además, no es posible diferenciar en primavera hembras que tienen crías de las que no. Y esto porque los corcinos permanecen largos periodos de tiempo ocultos entre la vegetación; es su forma de defensa, de evitar a los predadores.
Los cazadores no debemos ser cómplices del maltrato animal porque en la caza no todo vale. Cazaremos corzas cuando se debe y como se debe, es decir, cuando es posible asegurar un disparo selectivo y siempre procurando un mínimo sufrimiento a la pieza. Seguiremos practicando una caza moderna, racional y selectiva, sustentada en principios sólidos de gestión cinegética. Como cazador pido a mis companeros que no disparen sobre hembras con crías recién nacidas.
Felipe Canales Basabe / Burgos