A raíz de publicar en este blog la entrada “Los atropellos de animales se incrementan en otoño”, Víctor Javier Colino Rabanal, autor de la tesis doctoral comentada, ha tenido la amabilidad de proporcionarnos el trabajo completo1.
Aunque el material utilizado es muy amplio, los datos empleados en el estudio se han obtenido principalmente de los partes de accidentes de tráfico registrados en Castilla y León provocados por la irrupción de un animal en la calzada.
De este extenso trabajo vamos a comentar solo algunos de los resultados que más no han llamado la atención. En esta primera entrada hablaremos de los datos generales y en una segunda de los específicos del corzo. Tanto las figuras como el texto se han tomado del trabajo original. Unas breves pinceladas de la discusión de la tesis se muestran con el texto en cursiva.
1. El número total de colisiones entre vehículos y animales (CVA) anuales ha experimentado un continuo y considerable aumento para el intervalo temporal 1999‐2006, pasándose de 1.739 CVA en 1999 hasta un máximo de 4.235 en el año 2005.
2. El número de especies implicadas ha sido de 40, 22 de mamíferos (15 silvestres y 7 domésticos) y 12 de aves.
3. La mayor parte se deben a animales salvajes (76,3% del total). No se conoce la identidad de la especie en un 2,3% de los casos.
4. Distribución por especies: destacan el jabalí como protagonista de 33,6% y el corzo con participación en el 30,1% de los accidentes. El perro aparecería como la tercera especie más atropellada y la primera doméstica con un 13,4%. Luego vendrían otras dos silvestres, el ciervo y zorro con una implicación del 5,4% y un 3,8% respectivamente.
5. Distribución mensual; simplificando mucho, más frecuentes en tres periodos: octubre-noviembre-diciembre, julio-agosto y abril-mayo. Estas diferencia se vinculan con determinadas etapas biológicas de las especies más atropelladas, periodos de molestias en el monte y variaciones temporales en la intensidad de tráfico.
6. Distribución semanal: las jornadas de más CVA son los domingos (19,87%), seguidos de los sábados (16,38%) y los viernes (14,38%). La mayor intensidad circulatoria en áreas alejadas de los núcleos urbanos aparece como el factor determinante.
7. Distribución horaria: la mayoría de los accidentes suceden al atardecer y las primeras horas de la noche. En estas horas coincide una mayor actividad de las especies implicadas con una todavía importante intensidad de circulación.
El número de CVA, con implicación tanto de especies domésticas como salvajes, ha experimentado en Castilla y León un continuo ascenso durante los últimos años. Bien es cierto que las infraestructuras son mejores y permiten mayores velocidades (Markina 1999), el parque automovilístico ha crecido de forma considerable y, en la actualidad, cada persona realiza mayores desplazamientos (Dirección General de Tráfico 2006) pero todo ello no es capaz de explicar por si sólo el incremento de CVA en más de dos veces el número de registros obtenidos para 1999. Por tanto, parece que, en buena medida, se debería al aumento del tamaño poblacional de muchas de estas especies.
Entrando ya dentro de las variaciones temporales, el día de la semana con mayor número de CVA es el domingo (Peris et al. 2005), tanto con domésticas como silvestres (DGT 1999). En este día hay un mayor número de desplazamientos interurbanos que en el resto de días, más personas en el campo y además es una de las jornadas hábiles de caza durante el período de actividad cinegética, dentro del cual se ha encontrado una correlación positiva entre CVA y batidas de caza (Markina 1999).
La actividad básicamente nocturna de la mayoría de los mamíferos silvestres, (Reed & Woodard 1981, Lavsund & Sandegren 1991, Waring et al. 1991, Chapman 1993, Hartwig 1993, Lemel et al. 2003) explica el mayor número de CVA localizadas durante el crepúsculo (Aschoff 1965, Bruinderink & Hazebroek 1996, Malo et al. 2004); en concreto entre las 18:00 h y la 01:00 h, ‐más temprano en invierno y más tarde en verano, con un máximo de colisiones alrededor de las 22.00 h para cualquier estación del año. En estas horas todavía el tráfico de vehículos es fluido, la actividad de la fauna tanto doméstica como salvaje resulta elevada, y la capacidad de reacción de los conductores ante la irrupción de un animal en la calzada es más reducida como consecuencia de la escasa visibilidad.
1Contribuciones al análisis de mortalidad de vertebrados en carreteras. Facultad de Ciencias Agrarias y Ambientales. Departamento de Biología Animal, Parasitología, Ecología, Edafología y Química Agrícola. área de Zoología. TESIS DOCTORAL Salamanca 2011. Autor: Víctor Javier Colino Rabanal. Directores: Salvador Peris álvarez Miguel Lizana Avia