En toda Europa es el corzo, sin lugar a dudas, la especie silvestre que más importancia tiene en la cantidad de colisiones de tráfico. Sólo en Alemania se contabilizan más de 200.000 accidentes con vehículos, lo que supone el 20% de las capturas realizadas por los cazadores (en España la cifra aproximada de siniestros es de unos 16.600 para todas las especies animales).

 

  Fuente: http://www.caraccident.com 

Causan aproximadamente 3.000 heridos, de los cuales fallecen unos 50. Por lo tanto cualquier modelo que permita predecir su evolución y ayude a establecer medidas correctoras cobra especial relevancia.

 

 Fotografía: Benigno Vázquez 

La casuística de estas colisiones con corzos es altamente estacional y se relaciona con su comportamiento territorial y la reproducción. Igualmente se sabe que la tasa de incidencia depende de la abundancia y del tipo de vía, como ya hemos comentado en entradas anteriores de este blog a partir de trabajos españoles.

 

 

Recientemente se ha publicado un trabajo alemán  1, realizado en Baviera, en el que se sugiere la oportunidad de realizar el seguimiento de la evolución de las poblaciones de corzo en base a la fluctuación en el número de los accidentes de tráfico.

 

 

 

Los autores comprobaron que, si bien existen oscilaciones en el número de colisiones por kilómetro de vía en función de variables ecológicas (tipo de masas, pluviometría, porcentaje de bordes en las masas forestales, etc.), se aprecia un buen índice de correlación lineal entre la abundancia y el número de siniestros.

 

En la actualidad en Baviera se usa el índice florístico para monitorizar la abundancia, lo cual tiene un coste moderado, pero la posibilidad de aplicar un índice basado en la tasa de siniestralidad es igualmente eficaz y más económico. El índice florístico solamente puede aplicarse con cierto éxito en zonas boscosas, quedando fuera de su rango las zonas cerealistas donde hoy prospera en corzo. Además este índice permite categorizar las vías y sus tramos en tres niveles de riesgo, de forma que se pueda optimizar la implementación de medidas correctoras y de prevención.

 

 

 

¿Y qué podemos hacer los cazadores? Aumentar simplemente el cupo de capturas no es eficaz. Lo importante, recalcan, es un manejo específico de la estructura de sexos de la población. Todo parece apuntar a que la tendencia a concentrar la caza sobre los machos es un mal muy extendido, lo que incrementa el problema. Se hace claramente necesario actuar con diligencia sobre las corzas con el fin de contener el riesgo de colisiones.

 

 

 

Finalmente los autores proponen que el índice de colisiones puede ser también un elemento a valorar en el momento de tomar en arriendo un coto de caza –si bien es cierto que en Alemania no hay necesidad de pagar los costosos seguros de responsabilidad civil que debemos asumir en España- y para establecer los más adecuados planes de caza.

 

1.- Hothorn, T. et al. Large-Scale model-based Assessment of Deer-Vehicle collision risk. PloS ONE.2012. Vol.7. I.2 e29510