Todos tenemos presente la imagen de Bambi y recordamos su historia. De todos modos lo que quizás no sepan muchos es que este cervatillo era en realidad un corzo. En efecto, su autor, Felix Salten , escribió las visicitudes de un corzo europeo en un libro titulado “Bambi, una vida en el bosque ”, y los derechos de esta obra fueron adquiridos por Disney para transformarlo en los dibujos animados que todos conocemos.
Recientemente un grupo de investigadores noruegos1 ha recuperado su nombre e imagen para publicar un trabajo2 en el que reflexionan sobre la caza selectiva de juveniles.
En España estamos acostumbrados a cazar solamente a los machos adultos, fruto de una concepción proteccionista de la caza, normalizada en momentos de una gran escasez de la misma. Sin embargo en otros lugares y en otras épocas las formas de cazar ha sido y son muy diferentes. Así por ejemplo en Austria la distribución del cupo de capturas se basa en la Reichjagdgesetz (1930) que especifica que las capturas serán 1/3 machos, 1/3 hembras y 1/3 crías con el fin de mantener estable la población.
No obstante, parece un problema bastante común la resistencia de los cazadores a abatir ejemplares juveniles y la inclinación a cazar en su lugar los adultos, en especial los machos. Sirvan esta líneas como reflexión técnica para replantear su virtualidad.
La teoría demográfica indica, que en ciertas circunstancias, hay dos grandes argumentos para escoger la caza selectiva de juveniles en lugar de la de los adultos:
– En primer lugar, la productividad de la población se incrementa, tal como se ha observado en Escanidanvia en los casos del alce y del ciervo. En el caso del corzo estos investigadores nos dicen que “sería esperable un crecimiento positivoconsecuente a la caza de los juveniles”.
– En segundo, que el tamaño de población, y por lo tanto el cupo anual de capturas, es así menos variable ya que los juveniles tienen “un bajo valor reproductivo” (juveniles y machos jóvenes) por lo que su extracción tiene un relativo bajo impacto en el crecimiento futuro de la población comparado con el efecto de la caza de un número semejante de hembras adultas.
Entre los grandes herbívoros el crecimiento de la población es, por lo general, más sensible a las variaciones en la tasa de supervivencia de los adultos que a la de los juveniles. Por otra parte, en ausencia de caza, la supervivencia de los adultos es de forma natural más elevada y constante que la muy variable de los jóvenes. Esta variabilidad temporal en el reclutamiento de los juveniles hace que tengan más importancia en determinar el tamaño de la población que la supervivencia de los adultos En otras palabras, una población integrada mayoritariamente por animales jóvenes tiende a oscilar más que una de adultos.
El hecho de que la caza convencional se tienda a centrar en los ejemplares adultos determina estas poblaciones tengan una mayor proporción de juveniles que aquellas no cazadas. De este modo, un “rejuvenecimiento” de la población consecuente caza basada en la captura de trofeos somete a la misma a importantes variaciones interanuales frente a poblaciones no cazadas.
Un abundante y creciente número de trabajos demuestran que la caza centrada en los machos adulto tiene un efecto pernicioso. En concreto una alta tasa de extracción de adultos frente a juveniles produce la reducción del tamaño corporal (trofeo incluido) y la reproducción a edades tempranas. Lo primero no es sostenible y lo segundo agudiza los problemas de sobreabundancia.
La captura de los juveniles simula mejor el fenómeno de la depredación natural. Por ello la caza de crías se perfila como un elemento más del cupo de capturas ya que estos investigadores han comprobado que no influye en la Tasa de capturas. Ahora bien, tampoco permite controlar el crecimiento de la población, de modo que no es tampoco una alternativa a la caza de las hembras adultas en las zonas donde el objetivo sea el control de su demografía por daños e interferencias con las actividades humanas.
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1.- Atle Mysterud es sin lugar a dudas el más destacado de los investigadores europeos en cérvidos. Sus trabajos en la última de´cada son cuantiosos de gran alcance.
2.- Jos M. Milner & Christophe Bonenfant & Atle Mysterud. Hunting Bambi—evaluating the basis for selective harvesting of juveniles . (2011) Eur J Wildl Res 57:565–574