Por lo general hay una asunción de relación biunívoca entre carne de caza y salud. Deviene esto del hecho de que la carne de las especies de caza se ha producido en el desarrollo de una vida silvestre y por ello alejada de los riesgos de fuentes contaminantes.
Creo que en términos generales esta asunción es totalmente cierta. No obstante, es importante saber que existe una corriente de opinión que previene sobre ciertos riesgos asociados de forma peculiar a la carne de caza.
Hace meses venimos reportando en este blog de CORZO+ la información que va surgiendo en torno al plomo. Este tema empezó en Estados Unidos para luego saltar el charco y aparecer algunos trabajos en España y revisiones en el Reino Unido.
Pues bien, en este momento se acaba de anunciar por el Consejo Internacional de la Caza y de la Vida Silvestre la celebración en Alemania de un simposio organizado por el Ministerio Federal de Alimentación, Agricultura y Protección del Consumidor (BMELV) y el Instituto Federal de Evaluación de Riesgos (BfR), bajo el título "Caza y Seguridad Alimentaria".
Parece que el asunto central va a ser la contaminación por plomo debida al uso de munición convencional. Claramente la preocupación por el plomo ha hecho mella en las autoridades alemanas y empiezan a pulsar a los cazadores para valorar su sustitución en las municiones de caza.
Los cazadores alemanes,amén de protestar, se han puesto las pilas y han elaborado una guía de buenas prácticas de modo que puedan poner a disposición del consumo la carne de caza con el menor riesgo para la salud y planteando que la higiene de la carne deberá ser materia de formación para las pruebas de obtención de la licencia de caza.
Personalmente me encantaría tener acceso a las conclusiones de las jornadas, en especial en lo que concierne al uso de piensos y medicamentos en la producción de carne con especies cinegéticas.