Días atrás se planteaba por un visitante de nuestros foros la oportunidad de practicar el paintball con los corzos. Creo que a quien más y a quien menos le pareció una idea ocurrente, no exenta de entretenimiento y en parte simpática.
No obstante no faltaron aportaciones sobre el riesgo de que esto pueda modificar el comportamiento de los corzos en el futuro. ¿Es esto así?
La bibliografía abunda en información al respecto de los cambios de comportamiento en muchas especies, sean de caza o no, a resultas de algunas molestias ocasionadas por los humanos, con lo que en principio podríamos inferir que esta inocente actividad podría causarlo también (1).
¿Pero en concreto, qué efecto origina una situación similar en el corzo?
En algunos países de Europa, como Alemania, los cazadores han comprobado que a medida que trascurren los años los corzos resultan más difíciles de cazar. En una búsqueda de culpables a esta situación pronto se señaló al incremento de otras actividades recreativas, de modo que según el colectivo cazador eran los paseantes, ciclistas, los perros que les acompañaban, etc. los causantes de esta novedosa situación.
Por ello Büker y Scheibe (2) se pusieron a trabajar en las afueras de Berlín, un especio densamente poblado y con abundancia de caza, para testar distintas hipótesis sobre lo que causaba el aumento de dificultad que encontraban los cazadores, bajo distintos paisajes, número de visitantes y estrategias de caza.
La conclusión principal del trabajo es que es la presión de caza el primer factor que altera la exposición visual de los corzos. La presencia de visitantes no altera la misma y una número moderado de ellos la aumenta.
Sugieren los autores una revisión de las estrategias de caza hacia métodos que no alteren severamente la detectabilidad visual del corzo.
Por otra parte, Sarah Benhaiem y colaboradores (3) comprobaron que la caza afecta al tiempo que los corzos dedican a su alimentación y puede tener consecuencias en su estado de nutrición y bienestar, ya que durante la época de caza los corzos modifican su comportamiento dedicándolo a la vigilancia en detrimento del forrajeo. Además si la actividad es intensa se produce un desplazamiento hacia espacios de menor valor nutritivo pero que les reporta más seguridad, de modo que antes de la temporada de caza los corzos seleccionan su espacio en función de la disponibilidad de alimentos y durante la misma en zonas de más seguridad sin intervenir su valor nutricio.
¿Esto es siempre así? ¿A qué se refieren algunos de estos autores cuando hablan de modificar las estrategias de caza? Ellos no lo aclaran pero existe un documento sumamente revelador a este respecto del que hablaremos en una futura entrada.
1.- Morellet, N. et al. The effect of capture on ranging behaviour and activity of theEuropean roe deer Capreolus capreolus. Wildl. Biol. (2009) 15: 278-287.
2.- Büker, A. and Scheibe, K.M…Die Beobachtbarkeit von Rehen (Capreolus capreolus) in touristisch und jagdlich unterschiedlich genutzten Gebieten. Vogelkdl. Ber. Niedersachs. (2001). 33: 147-154
Benhaiem, S. et al.. Hunting increases vigilance levels in roe deer and modifies feeding site selection. Animal Behavior. (2008).doi:10.1016/j.anbehav.2008.03.012