La caza del corzo en España precisa de un concierto o acuerdo entre las distintas Comunidades Autónomas para lograr un calendario unificado. Las diferencias fenotípicas o climáticas en ningún caso justifican que el periodo de caza global en España alcance los once meses y medio.
En efecto, como demuestra el artículo que el Dr. Florencio Markina publica en el inminente Boletín nº 13 de la Asociación del Corzo Español, con la salvedad de la primera semana de marzo el corzo se caza en algún lugar del territorio español de forma permanente.
Ni siquiera el jabalí, especie causante de los mayores daños a los cultivos y la más ubicua y abundante, o el zorro, considerada alimaña enemiga de la caza menor y autorizada en casi todas las modalidades, tienen un calendario tan dilatado.
No hay ninguna razón que lo justifique, como no hay adaptación de estos periodos de caza a la biología de la especie en buena parte de estas CC.AA.
Pero esto no es patrimonio de España. Sin ir más lejos, en Alemania, donde el corzo alcanza la condición de especie de caza por antonomasia, donde hay el más extenso conocimiento por parte de científicos y cazadores, se produce una situación similar.
Los periodos de caza son en realidad convenios, fruto las más de las veces de convicciones y tradiciones que fruto de un análisis de la conveniencia o no de abatir los animales en una época u otra. Podríamos extendernos sobre este particular ya que hay mucha ciencia al respecto en especies como el conejo, perdiz, etc.
Por ello me ha parecido de lo más interesante traer hoy a CORZO+ los trabajos de Tom Müller y Michael Müller. Estos investigadores de la Universidad de Dresden, en Sajonia, han realizado unas propuestas rompedoras con la tradición germana de caza.
Ubicación del Estado de Brademburgo. Fuente: Wikipedia
Las condiciones tradicionales de la caza en el área de investigación en el estado de Brademburgo y en la mayor parte de la antigua Alemania Oriental se basan en la compatibilización de la actividad con la explotación forestal, hasta el punto de considerarse la caza una parte del aprovechamiento del bosque, como la madera o las leñas.
A lo largo de las últimas décadas las grandes masas forestales de Picea abies han cambiado debido al régimen de explotación. Estos bosques, que antes eran monocultivo de esta especie en igual fase de crecimiento, con predominancia de estados fustales, han cambiado con generaciones de otras especies, en muchos casos caducifolias, lo que ha ocasionado una profunda modificación del paisaje. Se ha pasado de un bosque en el que había una gran visibilidad a otro en el que es muy reducida. Tan sólo en el invierno, con la caída de la hoja, es posible cierta mejora.
Como sabéis la tradición germánica de la caza se asocia a modalidades más estáticas que las nuestras, donde el uso de las torretas y plataformas elevadas de todo tipo son lo más común.
Con este cambio del paisaje hay un aumento de la dificultad para su uso.
Con el paso de los años y el cambio del paisaje también ha aumentado la abundancia de las especies de caza, siendo el corzo una de las más beneficiadas. Ello a su vez afecta gravemente al bosque, ya que los herbívoros silvestres lo deterioran con su actividad.
Por todo ello nuestro autor propone un cambio del calendario de caza. Busca además adecuar el periodo a la biología de la especie, evitando la caza en las épocas más sensibles.
Clave de interpretación:
1.- Periodo de caza de corzo
2.- Periodo de caza según la ley
3.- Periodo propuesto depor Dresden
4.- Crías
5.- Juveniles
6.- Hembras adultas
7.- Machos
8.- Sumatorio de meses
Como veis en el cuadro adjunto lo que proponen es cazar el 1 de abril al 30 de junio. Una veda en julio y agosto, y reanudarla en septiembre hasta el 31 de enero.
Desde el año 2005 han puesto en práctica el modelo en los bosques de Brademburgo y los resultados son satisfactorios, manteniendo los cupos de capturas y mejorando el equilibrio entre sexos.