El corzo (Capreolus capreolus Linnaeus) se puede considerar una especie con gran capacidad de adaptación al medio ambiente por la variedad de latitudes y altitudes donde se le puede encontrar, tipos de hábitats por los que se distribuye y especies vegetales que consume. Gracias a su enorme plasticidad puede ocupar todo tipo de medios forestales: caducifolios, mixtos y de coníferas, pero también se ha adaptado a bosques en etapas de degradación con condiciones más duras, como son matorrales o zonas adehesadas.
Prefiere paisajes con un mosaico de bosques y tierras de cultivo, un medio diverso y heterogéneo donde se solapen tanto el estrato arbóreo, como el arbustivo y el herbáceo, y por ello está bien adaptado a los paisajes agrícolas modernos
En función de las condiciones que se den en el medio, habrá cambios en la densidad de población. De este modo a mayor abundancia de recursos tróficos, mayor densidad y viceversa. A pesar de ello, la densidad está condicionada por su propia dinámica poblacional, por aspectos de territorialidad.