Los picos máximos de actividad del corzo se establecen durante el alba y el ocaso, coincidiendo con buena parte de los autores centroeuropeos. Los periodos de sueno profundo son de 2 horas en invierno y de 4 horas en verano, y dormitando pasan 5 y 6 horas en invierno y verano respectivamente. Durante el celo existe una creciente actividad en el centro de la manana y en el centro de la tarde, además de verse incrementada en el amanecer, mediodía y anochecer.
Los corzos no llevan a cabo movimientos migratorios como tal. Esto no evita que se puedan dar movimientos estacionales en determinadas poblaciones debido a las circunstancias climáticas y topográficas. Existen además movimientos de dispersión a nivel individual, debidos más bien a la dinámica poblacional de la especie que a verdaderos movimientos poblacionales.